PORTUGAL DECLARA LA GUERRA AL VENDING.

 

En los próximos días una nueva normativa va a prohibir la venta de alimentos con elevadas tasas de azúcar, sal o grasas en todos los centros de salud y hospitales del Sistema Nacional de Salud de Portugal.

Las máquinas expendedoras van a ser las más perjudicadas, con un control más exhaustivo sobre ellas y así evitar la venta de productos con alto nivel calórico.

las nuevas adjudicaciones se deben regir con la nueva ley. Las máquinas expendedoras ya instaladas van a tener 6 meses a partir de ahora para adaptarse a la nueva normativa.

La prohibición afecta a casi todos los artículos.  empanadillas, croquetas, pasteles de bacalao y hojaldres salados. También a bollos, pasteles con masa hojaldrada o crema, palmeras, milhojas, brevas, donuts, pan de leche y cruasanes, rellenos o no.

La charcutería tampoco se libra de las restricciones, en especial por lo que respecta a bocadillos que contengan salchichón, chorizo, jamón o salchichas. Por supuesto, también afecta a las salsas que les ponen: mayonesa, mostaza o kétchup. Y qué decir de las hamburguesas, perritos calientes y pizzas con fuertes cantidades de conservantes que faciliten su refrigeración.

Y por supuesto figuran igualmente las galletas y bizcochos que, por cada 100 gramos, contengan una proporción de lípidos (compuestos orgánicos que resultan de la esterificación de alcoholes, como la glicerina y el colesterol, con ácidos grasos) superior a 20 gramos, tipo gofres, galletas de mantequilla o chocolate, ‘cookies’ con pepitas de cacao, galletas con cobertura o rellenas de crema o cabello de ángel, etc.

Nada de refrescos

Tampoco se olvidan de las bebidas con alcohol (cerveza, principalmente) ni de los refrescos, cuyo consumo excesivo puede desembocar en propensión a la diabetes: bebidas de cola, naranja, limón, fresa o extracto de té y otras como energéticas, aguas aromatizadas o zumos procedentes de concentrado.